Redactado por Juan Pablo Trejo Glez.
Guadalajara Jalisco México.
Miércoles, 12 de noviembre de 2008
Supermansteel.
Fundador del Superman Fan Club Guadalajara México.
Hola si quieres participar leyendo un libro para personas que adolecen de la facultad de leer mándanos tus grabaciones a nuestro correo.
También si tienes ya en algún lugar de la Red tus audio libros o grabaciones danos la dirección y con gusto mandaremos tus grabaciones a gente que así lo requiera, recuerda que nuestra aportación es sin afán de lucro.
Solo seguimos el código de el Hombre de acero ayudar con nuestros poderes a la gente que lo necesite y no hay mas grande poder que el de la vista.
Correo-e
Supermansteel@hotmail.com
PORTADA - 00
PAUL DINI * ALEX ROSS
SUPERMAN
PAZ EN LA TIERRA
Grupo Editorial Vid
NORMA Editorial
DC.
Pagina-01
SUPERMAN PAZ EN LA TIERRA
GUION DE ALEX ROSS Y PAUL DINI
TEXTOS DE PAUL DINI * DIBUJOS DE ALEZ ROSS
SUPERMAN CREADO POR JERRY SIEGEL Y JOE SHUSTER
Pagina-02-03
El planeta kriptón estaba condenado.
Justo antes de su destrucción un científico puso a su único hijo dentro de un pequeño cohete, y lo envió a un lugar seguro.
Yo era aquel niño.
El cohete aterrizó en la Tierra…
Allí me encontró un gentil matrimonio, los Kent.
Me llamaron Clark y me criaron como si fuera hijo suyo.
Ya de niño, sabía que era diferente a todos los que me rodeaban.
Mediante su amor y sus consejos, mis padres adoptivos me enseñaron a usar y entender mis dones especiales.
Y a medida que crecía, descubrí…
Que podía desafiar a la gravedad.
Que podía correr más rápido que cualquier vehículo creado por el hombre.
Que mi fuerza era tremenda y mi cuerpo invulnerable.
Más tarde me convertí en reportero, para caminar entre los hombres y estar cerca suyo cuando me necesitaran.
Cuando hay problemas, estoy allí como…
SUPERMAN
Para luchar por la libertad y la justicia, he jurado proteger al mundo que recibió a este niño de Kriptón y lo acogió como si fuese suyo.
Pagina-04
Gracias a:
Alex, por invitarme a este asombroso viaje.
Alan Burnett, por su necesario estímulo.
Charles Kochman y Joey Cavalieri, por su infinita paciencia y apoyo.
-Paul Dini.
PARA EL PROPIO SUPERMAN, QUE NOS INSPIRA A TODOS.
Durante casi diez años, Frank Kasy, artista y amigo mío, ha dedicado gran parte de su tiempo y paciencia a posar para varios de mis proyectos como diversos personajes heroicos. Pero ninguna colaboración ha sido tan satisfactoria como la de Superman. Solo gracias a la ayuda de Frank pude representar este icono de manera fiel e inspirada, y por eso le estaré agradecido eternamente.
Otras personas que hicieron posible este libro prestando su imagen y sus esfuerzos fueron: Jonathan Kasy; Elizabeth, Laura y Mark Braun; Jayson Huddleston; Michelle Stutts; Karrie Varner; Rhonda Hampton; Tony Goskie; Lou Ann Burkhardt; y Yung Koo.
Un agradecimiento especial a mi buen amigo Charlie Kochman, Que plantó la semilla de la que creció todo esto. Sin él este libro nunca habría existido.
-ALEX ROSS.
Pagina-05
Todavía pienso en la granja, recuerdo el crujido del viejo molino, el olor del heno fresco recién cortado y el cálido viento de primavera en mi cabello.
Pero sobre todo, recuerdo a mi padre, paciente y amable trabajábamos juntos en el campo.
“Hazlo despacio”, decía. “Esparce las semillas poco a poco. No en puñados. Déjalas caer en los surcos. Déjales espacio. Ese es el secreto.”
Papa sabia que no de todas las semillas crecería algo, pero quería darle una oportunidad a cada una de ellas.
Solía decir lo mismo de la gente; algunas florecían rápidamente, mientras que otras necesitaban mas cuidados.
Parece que en esta época del año escucho la voz de mi padre con más claridad.
Pagina-06-07
El invierno se acerca. Hay un año nuevo a la vuelta de la esquina.
Las familias y los amigos se reúnen para reafirmar viejos vínculos y recordar a los seres amados ausentes. Los niños susurran deseos secretos, y la fe, en todas sus formas infinitas, lleva gozo a todos los corazones.
En una época en la que la gente esta más inclinada a la compasión y la amabilidad, y quizás, durante un breve instante, ve en todos los demás un alma gemela que comparte con ellos este mundo.
Siempre me ha animado la buena voluntad que impregna las celebraciones de esta época.
A mi también me entran ganas de participar.
Pagina-08
El árbol es un simple gesto. Es gracioso, y anticuado, pero llevo haciéndolo desde hace años.
Y, la verdad, no creo que haya nadie que desee que llegue el momento tanto como yo.
Pagina-09
Coloco el árbol en su lugar mientras la multitud me vitorea. En mi interior, vuelvo a ser un niño.
Con un torbellino de color y un fogonazo de luces, comienza oficialmente la Navidad.
Todos quieren que me pare y hable pero ya he pasado demasiado tiempo aquí. Los reporteros se adelantan hacia mí, ansiosos como siempre por capturar esa foto o esa cita especial. Como soy un periodista, entiendo lo que tienen que pasar, pero siempre hay cosas más importantes que requieren mi atención.
Pagina-10-11
Me siguen llamando, pero yo me voy. Entonces escucho un sonido diferente, casi oculto bajo el rugido de la multitud.
Una llamada de socorro.
Un grito de dolor.
Más rápido que el pensamiento, me sumerjo entre la multitud en busca de la chica.
La elevo hasta un lugar seguro y ella se desmaya.
Al principio pienso que es por la tención. Luego me doy cuenta de que pesa poco, y esta pálida y delgada.
Esta muchacha se esta muriendo de hambre.
Pagina-12-13
Necesita comida y un medico. Encontrare ambas cosas en la Misión del Centro de la ciudad.
La Dra. Rebeca Mason es una amiga mía que ha pasado la mayor parte de su vida trabajando con los pobres y hambrientos de la ciudad. Ha visto muchos casos como el de la chica que tengo en mis brazos, pero siempre tiene tiempo para uno más.
Rebeca me promete que la chica recibirá cuidados. Indica a sus colaboradores que traigan un poco de caldo y preparen otra cama.
La chica se me queda grabada en la cabeza durante toda la noche y todo el día siguiente.
Le sugiero a mi editor que hagamos un articulo sobre los incidentes en Navidad, pero en realidad no es mas que una excusa para comprobar si esta bien.
Pagina-14-15
Camino por calles brillantes llenas de vida. Una vez, Charles Dickens describió esta época como
“Cuando la carencia se siente más…”
“…Y la abundancia provoca regocijo”.
Lamentablemente, muchos suelen olvidar la primera parte de la frase, como reconociendo que prestar atención a los menos favorecidos ensombrecería la alegría de las fiestas.
En el albergue pregunto por la joven que trajo Superman. La Dra. Mason me dice que se llama Jodie. Llego de un pueblo sureño muy pobre. Penaba que tendría mas oportunidad en Metrópolis, pero sin trabajo y sin amigos, se vio obligada a pedir limosna. Desnutrida, habría muerto de no ser por Superman. Rebeca lamenta que Superman no tenga tiempo para ayudar a todo el mundo.
Estoy de acuerdo.
Pagina-16-17
Esa noche no voy a la fiesta de Navidad del periódico.
Es bueno que Clark Kent pase desapercibido, para que así nadie le eche de menos cuando se necesita a Superman. Además, tengo otras cosas en la cabeza.
Solo, en el departamento de investigación, busco información sobre el hambre en el mundo. Quiero saberlo todo sobre sus causas, sus efectos y sus posibles soluciones. En un parpadeo, leo páginas de estadísticas y volúmenes de informes.
Sin embargo, paso mas tiempo mirando las fotos. Que irónico.
Yo no necesito comer. Nunca sabré lo que es el hambre.
No se lo que sienten las victimas de la desnutrición.
Pero no sé si eso es una bendición o una maldición.
Pagina-18
Vuelvo a acordarme de mi padre.
Como granjero, entendía de manera instintiva la forma de comportarse de la Tierra.
Recuerdo cuando me decía que este mundo se basta para alimentar a todas sus criaturas.
Aun hoy en día, con tanta gente, hay comida suficiente para todos.
“El problema “, solía decir Papá, es la gente.
Desde el principio de los tiempos nos ha costado mucho compartir las cosas.
Parece que todos están muy ocupados aferrándose a lo que tienen como para mirar como les va a sus vecinos.
Papá decía que se necesitaría una persona especial, sin objetivos personales, para que todos se dieran cuenta de lo que puede ofrecer este mundo.
Pagina-19
Alguien que pudiese dejar de lado sus propias necesidades para ayudar a los demás.
Pagina-20-21
No pretendo ser esa persona.
Aunque siempre he intentado ayudar a los demás.
Considero que mis poderes son un don, no solo mío, sino de todos los que los necesiten.
Pagina-22-23
A través de los años he ayudado a tanta gente como he podido.
No depende de mí el dictar conductas para toda la humanidad. Pero quizás el verme luchando contra el hambre en el mundo inspire a los demás a tomar medidas por su parte.
Sin duda, es un esfuerzo que merece la pena realizar.
Pagina-24-25
Aunque no me gusta hablar en público agradezco al congreso que me haya dado la oportunidad de ser escuchado.
Naturalmente, coinciden en que el hambre es un problema mundial. Me aseguran que están haciendo todo lo que pueden por ayudar. Respetuosamente, les digo que hay otras formas. Contando las cosechas maduras que no se recogen o los alimentos que se pudren en los almacenes, Estado Unidos tiene más comida de la que necesita, pero no los medios para llevarla a quienes la necesitan. Me ofrezco para llevar los excedentes a toda la gente hambrienta en el mundo a la que pueda llegar en un solo día.
Naturalmente, hay dudas. Susurros sobre los gastos o sobre los objetivos personales de cada uno. Algunos incluso se alegran. Al final, me dan su aprobación.
Pagina-26-27
Paso los siguientes días recogiendo los excedentes. Y no estoy solo, pues a medida que se extiende la noticia de lo que estoy haciendo, comienzan a aparecer voluntarios que me ayudan a empaquetar la comida.
Otros países también me abren sus graneros. Me alegro de que mi mensaje se extienda tan rápidamente. Naturalmente, nada de esto pasa desapercibido para los medios.
Me llaman de todo, desde “Héroe desinteresado” hasta “Extranjero confundido”.
Algunos dudan que pueda hacerlo. Otros creen que es un montaje. Constantemente me piden que conceda entrevistas o realice discursos. Solo les digo que trato de hacer lo mejor, y continuo con mi trabajo.
Al fin termino mi cosecha.
El trabajo de verdad empieza mañana.
Pagina-28
El invierno en el sudeste de los Estado Unidos es frió y cruel…
El anciano ha recorrido un largo camino en busca de comida y leña, pero en esta época del año, el desierto tiene muy pocas cosas que ofrecer.
Desde las alturas le oigo suspirar mientras recoge una pequeña brazada de leña.
Pagina-29
Entonces le oigo jadear.
Le digo que hoy hablaré con muchos otros. Que la comida es para él y su pueblo. Lo único que pido a cambio es su ayuda para llevar el grano a quienes más lo necesitan. El anciano sonríe y asiente, aceptando mi propuesta.
Le deseo lo mejor mientras continuo mi viaje.
Siento que he tenido un inicio prometedor.
Pagina-30-31
A continuación vuelo hacia el sur, donde casi no hay punto medio entre la riqueza y la pobreza.
La gran ciudad que hay debajo de mí es un penoso ejemplo de esa situación.
Desde arriba parece una joya brillante y hermosa.
Pagina-32
Más de cerca, veo las Favelas, los barrios bajos donde los niños se bañan con agua de alcantarillas, las familias viven en cajas y las ratas corren libres por las calles.
Es tan fácil mirar hacia otro lado, fingir que el problema no existe, o dejar que otro lo solucione…
Pagina-33
Pero hoy por lo menos, verán que hay alguien que no ha apartado la mirada. Una persona que ha hecho el esfuerzo de actuar y, junto con la comida de ese día, reciben una nueva esperanza para seguir.
A cada minuto que pasa, me siento más convencido de que he tomado la decisión correcta.
Pagina-34-35
Pero en un País Europeo desgarrado por la guerra, me pregunto si aun queda alguna esperanza de seguir vivo.
Aquí la gente ha visto incontables horrores.
Sus familias han sido destruidas, sus niños mutilados por minas antipersonales.
Es un sangriento conflicto que se prolonga sin atisbos de solución.
Solo un niño pequeño me habla.
Observa lo que le he dado, me mira y me pregunta:
“¿Volverás mañana?”
Desvío la mirada.
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Vuelo tan rápido como puedo, cruzando el globo muchas veces para poder mantener mi promesa.
Seria estúpido pensar que puedo hacer esto cada día.
Ni debería intentarlo.
Se que, en el mejor de los casos, esto proporcionará alivio durante un día a gente que necesita mucho más.
Pero quizás esto es lo que necesita el resto del mundo para comenzar a pensar en una solución.
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Para mediodía he regresado a África, decidido a visitar cada Pueblo y asentamiento remoto.
Las noticias de mi visita se extienden rápidamente, y muchos llegan en multitud, por miedo a quedarse sin alimentos. Llegan a los pueblos en grandes grupos, algunos hacinados en vehículos, otros haciendo el viaje a pie.
Con tanta gente moviéndose a través de este terreno árido, tengo que estar muy atento. Pueden pasar muchas cosas.
Un olor acre llega hasta mi nariz, y entonces veo, en la lejanía, una columna de humo gris.
El fuego, avivado por los ardientes vientos, llegará al pueblo en pocos minutos.
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El viento aúlla en mis oídos mientras vuelo hacia el incendio.
Entonces oigo otros sonidos:
Pisadas atronadoras.
Gruñidos temerosos.
Miles de corazones palpitando de terror.
Aterrorizados por el fuego, ansiosos por escapar, los animales se precipitaran a través del pueblo, pisoteando todo lo que esté a su paso.
No permitiré que eso suceda. La zanja asusta a las bestias, y ahuyenta a muchas.
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Sin embargo, algunas de las más grandes necesitan ser persuadidas del todo.
Me muevo tan rápido como puedo, intentando evitar que los animales se hagan daño o puedan dañar a los lugareños.
Una columna de agua de un lago cercano apaga el fuego. Los Animales vuelven a las praderas, pero he perdido un tiempo precioso.
Todavía tengo miles de kilómetros que recorrer.
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Mi siguiente parada me hace entrar en contacto con otro tipo de bestias. Como reportero, conozco al dictador militar que, mediante la fuerza y la corrupción, se ha hecho con el control de este País.
Me ofrecen una gran bienvenida, dándome las gracias en nombre de su pueblo.
“¡En verdad”, dice, “somos muy afortunados de tener a Superman con nosotros en este dia!
Su cara es una máscara de buena voluntad.
El dictador dice que está dispuesto a ayudarme.
“No hay razón para que pierdas tu precioso tiempo en nuestro humilde país.
Mis tropas distribuirán la comida”.
Se que este hombre es un mentiroso y un ladrón.
Ha creado un régimen basado en el terrorismo, malgastando los recursos de su país y manteniendo a su pueblo pobre y asustado.
Si le doy la comida, se la quedará o la venderá.
De cualquier forma, se aprovechará, y su pueblo se morirá de hambre.
Tan respetuosamente como puedo, pido permiso para repartir la comida yo mismo.
La única respuesta del dictador es una sonrisa siniestra y un ademán hacia sus tropas.
Instantáneamente, levantan sus rifles y apuntan, pero no a mi, sino a las personas hambrientas que hay al otro lado del río.
Pagina-46-47
El dictador me dice que es un hombre tolerante, pero que mi actitud roza el desacato hacia su autoridad y las leyes de este país.
No permitirá que una presencia extranjera incite a su pueblo a la rebelión.
Con una estúpida sonrisa, me asegura que será culpa mía si se ve obligado a imponer la ley marcial.
Le dejo decir su parte.
Luego actúo.
El dictador da la orden mientras la gente comienza a correr.
Veinte rifles de asalto disparan.
Doscientas balas sisean por el aire.
Hoy no morirá nadie.
Mis ojos brillan encolerizados, y cada soldado deja caer su arma fundida.
El dictador sabe que podría repartir la comida y asegurarme de que su pueblo coma, pero también es consciente de que, tarde o temprano, tendré que irme.
Me asegura que tiene muchas más armas, y me pregunta qué opción me permitirá salvar más vidas.
Dejo la comida donde la he dejado caer.
Pagina-48-49
Y así transcurre el día.
Allá donde me detengo veo hambre y pobreza.
En algunos casos es producto de las circunstancias, pero en general se debe a la crueldad del hombre hacia el hombre.
La opresión provoca un hambre espiritual.
En muchos lugares, la gente me mira furtivamente a través de puertas desvencijadas, sin pensar que puedo ver sus caras desesperadas y sus cuerpos malnutridos.
No puedo vencer a todas esas generaciones de miedo, de igual forma que no puedo obligarles a aceptar lo que les traigo.
Dejo la comida en las calles vacías, junto a las ratas que hoy comerán muy bien.
En otros países me consideran un activista político, un usurpador, un fraude. No me quieren allí, no importa lo que les lleve ni a quienes pueda ayudar.
Sus piedras se rompen al golpearme o bien rebotan a un lado, sin causar daño.
Pero todas me duelen.
Pagina-50
Aterrizo en demasiados lugares donde el hambre ha arrebatado su identidad a un pueblo voraz.
Intento en vano mantener el orden, mientras un mar de manos sin cara se eleva para recibirme.
Apenas noto sus dedos ansiosos sobre mi piel.
Oigo la respiración áspera en sus pulmones, el frenético palpitar de cada corazón.
Nunca fue mi intención convertir a los seres humanos en una turba desesperada e incontrolable.
Intento abrirme paso con delicadeza, pero la multitud se abalanza encima de mí, engulléndome como una ola.
Si me quedo, se destrozarán los unos a los otros por conseguir comida.
Pagina-51
La mejor opción es irme rápidamente.
La gente hambrienta ni siquiera nota que me he ido.
Pagina-52-53
El día esta a punto de acabar.
Cuanto más veo, mas convencido estoy de que apenas he empezado.
El gobierno de un país que me necesita me niega el permiso para aterrizar.
Sigo adelante, a pesar de los líderes que afirman que el bienestar de su pueblo no es de mi incumbencia.
Además, me avisan de que mi intrusión en su espacio aéreo supone un acto de guerra.
Escucho un misil justo antes de verlo.
Debido a peso que transporto, me resulta imposible esquivarlo.
Siento una ola de calor, un estruendoso rugido, y la furia de una tormenta enojada que parece apuñalarme.
Entonces detecto otra cosa:
El áspero picor del veneno.
Pagina-54-55
Reacciono instintivamente, creando un remolino que disipa el gas antes de que se extienda.
Los soldados que lanzaron el misil sabían que la explosión no me mataría, ni tampoco el veneno.
Pero no era esa su intención.
Temerosos de la influencia de un extranjero y decididos a mantener la dependencia de su pueblo, los lideres de este país han hecho todo lo que podían por detenerme.
Han envenenado el grano.
Carbonizado, toxico, se desliza entre mis dedos.
Mi misión termina aquí, incompleta y fracasada.
Pagina-56-57
Horas después aun puedo ver el grano arruinado en mis manos.
Aunque estoy sentado solo en mi apartamento, me resulta imposible olvidar el resto del Mundo
Oigo las voces de aquellos a quienes he ayudado, alabándome por intentarlo.
Veo titulares que comentan los efectos, buenos y malos, de mi misión.
Pero por encima de todo, veo la desilusión de millones de personas que siguen mirando al cielo, aunque en su corazón saben que nunca apareceré.
¿De verdad creía que podría lograrlo?
Sabiendo lo que se de la naturaleza humana, ¿Por qué pensaba que todos aceptarían gustosamente lo que les ofrecía?
Aunque quizá no les daba el regalo adecuado.
Pagina-58-59
El frio aire de la noche llena mis pulmones y me despeja la cabeza.
Cada periódico, cada canal, exige alguna declaración de Superman.
Es hora de que diga algo.
Para sorpresa de todos (salvo yo), es Clark Kent quien consigue la entrevista.
“Como saben, siempre he intentado ayudar a quienes sienten necesidad, dolor o miedo.
En muchas ocasiones he pensado en tomar medidas mas contundentes para ayudar al Mundo, pero creo que dichas medidas podrían resultar imprudentes y desastrosas.”
“Trate de aliviar el hambre mundial, pero me encontré con una pobreza desgarradora, no solo en los barrios bajos y en los yermos del mundo, sino también en las egoístas almas de los hombres”
“Ahora me doy cuenta de que asumir esa responsabilidad es excesivo para un solo hombre aunque sea Superman.”
Pagina-60-61
El bienestar de la Tierra y todos sus habitantes siempre será mi principal preocupación.
Pero si existe una solución para el problema del hambre, debe ser una que salga del corazón piadoso del hombre, y que se extienda hacia sus semejantes.”
“Hay un viejo refrán que dice. Dale a un hombre un pez y comerá un día; enséñale a pescar y comerá toda la vida.
Ese sencillo mensaje pide a la humanidad que alimente con conocimiento a quienes necesitan comer y que inspire a otros a hacer lo mismo.
Es la necesidad más grande de la vida.
Y el don más preciado.
“Les pido a todos que compartan lo que tienen con quien lo necesita.
Su conocimiento.
Su tiempo.
Su generosidad.
“Especialmente con los jóvenes, pues de ellos depende nuestro futuro…”
“…Y toda esperanza de una paz verdadera en la Tierra.”
Pagina-62
Cuando vuelvo a sentir el fresco viento de la primavera sobre mi cabello, decido seguir mis propios consejos.
Con paciencia y amabilidad, comparto con los demás la forma de esparcir las semillas poco a poco,
Entre los surcos, de forma que todas tengan posibilidades de crecer.
Aunque les digo que no todas las semillas lo conseguirán…
Pero todas merecen al menos la oportunidad de poder crecer.
Pagina-63
SOBRE LOS AUTORES
Paul Dini comenzó haciendo guiones para televisión a principios de los 80, cuando todavía estudiaba en el Emerson College, de Boston. En 1985 desarrollo los conceptos de animación y los guiones de la serie basada en la trilogía de la guerra de las galaxias de George Lucas. Dini se unió al equipo creativo de Tiny Toons de Steven Spielberg en 1989. Mas tarde paso a escribir guiones y mas tarde coproducir la serie de animación de Batman y en 1996 la serie de animación de Superman. En sus nueve años de trabajo en la Warner Bros. Animation, Dini ha ganado cuatro premios Emmy. En el campo de comics, creo junto a Bruce Timm la novela grafica de Batman amor loco, que gano un premio Eisner. Recientemente Dini colaboro con el diseñador Chip Kidd para crear el libro Batman al serie de animación, donde se detalla la creación y el estilo visual único de esa revolucionaria serie Dini vive en los Ángeles y en la actualidad trabaja en diversos proyectos para televisión, cine y comics.
Alex Ross estudio ilustración en la Academia de Bellas Artes de Chicago, y luego perfecciono su talento como dibujante de storyboards antes de entrar en el terreno de los comics.
Su miniserie Marvels (Marvel Comics 1993) demostró a la perfección su capacidad para crear comics ilustrados. LUEGO CREO LA CONOCIDA Kingdom Come (DC Comics 1996) Tras recibir tanto el reconocimiento de la crítica como el del público por estas magnificas obras, Ross se gano cierto nombre como dibujante y narrador dedicándose a hacer experimentos atrevidos en el medio de los comics. Recientemente con la miniserie de Uncle Sam (Vértigo /DC Comics, 1997) consiguió llevar los comics a una audiencia más amplia.
Ross vive en Wilmette Illinois un suburbio de Chicago.
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“CONSIDERO QUE MIS PODERES SON UN DON, NO SOLO MIOS, SINO DE TODOS LOS QUE LOS NECESITEN.”
Guadalajara Jalisco México.
Miércoles, 12 de noviembre de 2008
Supermansteel.
Fundador del Superman Fan Club Guadalajara México.
Hola si quieres participar leyendo un libro para personas que adolecen de la facultad de leer mándanos tus grabaciones a nuestro correo.
También si tienes ya en algún lugar de la Red tus audio libros o grabaciones danos la dirección y con gusto mandaremos tus grabaciones a gente que así lo requiera, recuerda que nuestra aportación es sin afán de lucro.
Solo seguimos el código de el Hombre de acero ayudar con nuestros poderes a la gente que lo necesite y no hay mas grande poder que el de la vista.
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Supermansteel@hotmail.com
PORTADA - 00
PAUL DINI * ALEX ROSS
SUPERMAN
PAZ EN LA TIERRA
Grupo Editorial Vid
NORMA Editorial
DC.
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SUPERMAN PAZ EN LA TIERRA
GUION DE ALEX ROSS Y PAUL DINI
TEXTOS DE PAUL DINI * DIBUJOS DE ALEZ ROSS
SUPERMAN CREADO POR JERRY SIEGEL Y JOE SHUSTER
Pagina-02-03
El planeta kriptón estaba condenado.
Justo antes de su destrucción un científico puso a su único hijo dentro de un pequeño cohete, y lo envió a un lugar seguro.
Yo era aquel niño.
El cohete aterrizó en la Tierra…
Allí me encontró un gentil matrimonio, los Kent.
Me llamaron Clark y me criaron como si fuera hijo suyo.
Ya de niño, sabía que era diferente a todos los que me rodeaban.
Mediante su amor y sus consejos, mis padres adoptivos me enseñaron a usar y entender mis dones especiales.
Y a medida que crecía, descubrí…
Que podía desafiar a la gravedad.
Que podía correr más rápido que cualquier vehículo creado por el hombre.
Que mi fuerza era tremenda y mi cuerpo invulnerable.
Más tarde me convertí en reportero, para caminar entre los hombres y estar cerca suyo cuando me necesitaran.
Cuando hay problemas, estoy allí como…
SUPERMAN
Para luchar por la libertad y la justicia, he jurado proteger al mundo que recibió a este niño de Kriptón y lo acogió como si fuese suyo.
Pagina-04
Gracias a:
Alex, por invitarme a este asombroso viaje.
Alan Burnett, por su necesario estímulo.
Charles Kochman y Joey Cavalieri, por su infinita paciencia y apoyo.
-Paul Dini.
PARA EL PROPIO SUPERMAN, QUE NOS INSPIRA A TODOS.
Durante casi diez años, Frank Kasy, artista y amigo mío, ha dedicado gran parte de su tiempo y paciencia a posar para varios de mis proyectos como diversos personajes heroicos. Pero ninguna colaboración ha sido tan satisfactoria como la de Superman. Solo gracias a la ayuda de Frank pude representar este icono de manera fiel e inspirada, y por eso le estaré agradecido eternamente.
Otras personas que hicieron posible este libro prestando su imagen y sus esfuerzos fueron: Jonathan Kasy; Elizabeth, Laura y Mark Braun; Jayson Huddleston; Michelle Stutts; Karrie Varner; Rhonda Hampton; Tony Goskie; Lou Ann Burkhardt; y Yung Koo.
Un agradecimiento especial a mi buen amigo Charlie Kochman, Que plantó la semilla de la que creció todo esto. Sin él este libro nunca habría existido.
-ALEX ROSS.
Pagina-05
Todavía pienso en la granja, recuerdo el crujido del viejo molino, el olor del heno fresco recién cortado y el cálido viento de primavera en mi cabello.
Pero sobre todo, recuerdo a mi padre, paciente y amable trabajábamos juntos en el campo.
“Hazlo despacio”, decía. “Esparce las semillas poco a poco. No en puñados. Déjalas caer en los surcos. Déjales espacio. Ese es el secreto.”
Papa sabia que no de todas las semillas crecería algo, pero quería darle una oportunidad a cada una de ellas.
Solía decir lo mismo de la gente; algunas florecían rápidamente, mientras que otras necesitaban mas cuidados.
Parece que en esta época del año escucho la voz de mi padre con más claridad.
Pagina-06-07
El invierno se acerca. Hay un año nuevo a la vuelta de la esquina.
Las familias y los amigos se reúnen para reafirmar viejos vínculos y recordar a los seres amados ausentes. Los niños susurran deseos secretos, y la fe, en todas sus formas infinitas, lleva gozo a todos los corazones.
En una época en la que la gente esta más inclinada a la compasión y la amabilidad, y quizás, durante un breve instante, ve en todos los demás un alma gemela que comparte con ellos este mundo.
Siempre me ha animado la buena voluntad que impregna las celebraciones de esta época.
A mi también me entran ganas de participar.
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El árbol es un simple gesto. Es gracioso, y anticuado, pero llevo haciéndolo desde hace años.
Y, la verdad, no creo que haya nadie que desee que llegue el momento tanto como yo.
Pagina-09
Coloco el árbol en su lugar mientras la multitud me vitorea. En mi interior, vuelvo a ser un niño.
Con un torbellino de color y un fogonazo de luces, comienza oficialmente la Navidad.
Todos quieren que me pare y hable pero ya he pasado demasiado tiempo aquí. Los reporteros se adelantan hacia mí, ansiosos como siempre por capturar esa foto o esa cita especial. Como soy un periodista, entiendo lo que tienen que pasar, pero siempre hay cosas más importantes que requieren mi atención.
Pagina-10-11
Me siguen llamando, pero yo me voy. Entonces escucho un sonido diferente, casi oculto bajo el rugido de la multitud.
Una llamada de socorro.
Un grito de dolor.
Más rápido que el pensamiento, me sumerjo entre la multitud en busca de la chica.
La elevo hasta un lugar seguro y ella se desmaya.
Al principio pienso que es por la tención. Luego me doy cuenta de que pesa poco, y esta pálida y delgada.
Esta muchacha se esta muriendo de hambre.
Pagina-12-13
Necesita comida y un medico. Encontrare ambas cosas en la Misión del Centro de la ciudad.
La Dra. Rebeca Mason es una amiga mía que ha pasado la mayor parte de su vida trabajando con los pobres y hambrientos de la ciudad. Ha visto muchos casos como el de la chica que tengo en mis brazos, pero siempre tiene tiempo para uno más.
Rebeca me promete que la chica recibirá cuidados. Indica a sus colaboradores que traigan un poco de caldo y preparen otra cama.
La chica se me queda grabada en la cabeza durante toda la noche y todo el día siguiente.
Le sugiero a mi editor que hagamos un articulo sobre los incidentes en Navidad, pero en realidad no es mas que una excusa para comprobar si esta bien.
Pagina-14-15
Camino por calles brillantes llenas de vida. Una vez, Charles Dickens describió esta época como
“Cuando la carencia se siente más…”
“…Y la abundancia provoca regocijo”.
Lamentablemente, muchos suelen olvidar la primera parte de la frase, como reconociendo que prestar atención a los menos favorecidos ensombrecería la alegría de las fiestas.
En el albergue pregunto por la joven que trajo Superman. La Dra. Mason me dice que se llama Jodie. Llego de un pueblo sureño muy pobre. Penaba que tendría mas oportunidad en Metrópolis, pero sin trabajo y sin amigos, se vio obligada a pedir limosna. Desnutrida, habría muerto de no ser por Superman. Rebeca lamenta que Superman no tenga tiempo para ayudar a todo el mundo.
Estoy de acuerdo.
Pagina-16-17
Esa noche no voy a la fiesta de Navidad del periódico.
Es bueno que Clark Kent pase desapercibido, para que así nadie le eche de menos cuando se necesita a Superman. Además, tengo otras cosas en la cabeza.
Solo, en el departamento de investigación, busco información sobre el hambre en el mundo. Quiero saberlo todo sobre sus causas, sus efectos y sus posibles soluciones. En un parpadeo, leo páginas de estadísticas y volúmenes de informes.
Sin embargo, paso mas tiempo mirando las fotos. Que irónico.
Yo no necesito comer. Nunca sabré lo que es el hambre.
No se lo que sienten las victimas de la desnutrición.
Pero no sé si eso es una bendición o una maldición.
Pagina-18
Vuelvo a acordarme de mi padre.
Como granjero, entendía de manera instintiva la forma de comportarse de la Tierra.
Recuerdo cuando me decía que este mundo se basta para alimentar a todas sus criaturas.
Aun hoy en día, con tanta gente, hay comida suficiente para todos.
“El problema “, solía decir Papá, es la gente.
Desde el principio de los tiempos nos ha costado mucho compartir las cosas.
Parece que todos están muy ocupados aferrándose a lo que tienen como para mirar como les va a sus vecinos.
Papá decía que se necesitaría una persona especial, sin objetivos personales, para que todos se dieran cuenta de lo que puede ofrecer este mundo.
Pagina-19
Alguien que pudiese dejar de lado sus propias necesidades para ayudar a los demás.
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No pretendo ser esa persona.
Aunque siempre he intentado ayudar a los demás.
Considero que mis poderes son un don, no solo mío, sino de todos los que los necesiten.
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A través de los años he ayudado a tanta gente como he podido.
No depende de mí el dictar conductas para toda la humanidad. Pero quizás el verme luchando contra el hambre en el mundo inspire a los demás a tomar medidas por su parte.
Sin duda, es un esfuerzo que merece la pena realizar.
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Aunque no me gusta hablar en público agradezco al congreso que me haya dado la oportunidad de ser escuchado.
Naturalmente, coinciden en que el hambre es un problema mundial. Me aseguran que están haciendo todo lo que pueden por ayudar. Respetuosamente, les digo que hay otras formas. Contando las cosechas maduras que no se recogen o los alimentos que se pudren en los almacenes, Estado Unidos tiene más comida de la que necesita, pero no los medios para llevarla a quienes la necesitan. Me ofrezco para llevar los excedentes a toda la gente hambrienta en el mundo a la que pueda llegar en un solo día.
Naturalmente, hay dudas. Susurros sobre los gastos o sobre los objetivos personales de cada uno. Algunos incluso se alegran. Al final, me dan su aprobación.
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Paso los siguientes días recogiendo los excedentes. Y no estoy solo, pues a medida que se extiende la noticia de lo que estoy haciendo, comienzan a aparecer voluntarios que me ayudan a empaquetar la comida.
Otros países también me abren sus graneros. Me alegro de que mi mensaje se extienda tan rápidamente. Naturalmente, nada de esto pasa desapercibido para los medios.
Me llaman de todo, desde “Héroe desinteresado” hasta “Extranjero confundido”.
Algunos dudan que pueda hacerlo. Otros creen que es un montaje. Constantemente me piden que conceda entrevistas o realice discursos. Solo les digo que trato de hacer lo mejor, y continuo con mi trabajo.
Al fin termino mi cosecha.
El trabajo de verdad empieza mañana.
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El invierno en el sudeste de los Estado Unidos es frió y cruel…
El anciano ha recorrido un largo camino en busca de comida y leña, pero en esta época del año, el desierto tiene muy pocas cosas que ofrecer.
Desde las alturas le oigo suspirar mientras recoge una pequeña brazada de leña.
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Entonces le oigo jadear.
Le digo que hoy hablaré con muchos otros. Que la comida es para él y su pueblo. Lo único que pido a cambio es su ayuda para llevar el grano a quienes más lo necesitan. El anciano sonríe y asiente, aceptando mi propuesta.
Le deseo lo mejor mientras continuo mi viaje.
Siento que he tenido un inicio prometedor.
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A continuación vuelo hacia el sur, donde casi no hay punto medio entre la riqueza y la pobreza.
La gran ciudad que hay debajo de mí es un penoso ejemplo de esa situación.
Desde arriba parece una joya brillante y hermosa.
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Más de cerca, veo las Favelas, los barrios bajos donde los niños se bañan con agua de alcantarillas, las familias viven en cajas y las ratas corren libres por las calles.
Es tan fácil mirar hacia otro lado, fingir que el problema no existe, o dejar que otro lo solucione…
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Pero hoy por lo menos, verán que hay alguien que no ha apartado la mirada. Una persona que ha hecho el esfuerzo de actuar y, junto con la comida de ese día, reciben una nueva esperanza para seguir.
A cada minuto que pasa, me siento más convencido de que he tomado la decisión correcta.
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Pero en un País Europeo desgarrado por la guerra, me pregunto si aun queda alguna esperanza de seguir vivo.
Aquí la gente ha visto incontables horrores.
Sus familias han sido destruidas, sus niños mutilados por minas antipersonales.
Es un sangriento conflicto que se prolonga sin atisbos de solución.
Solo un niño pequeño me habla.
Observa lo que le he dado, me mira y me pregunta:
“¿Volverás mañana?”
Desvío la mirada.
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Vuelo tan rápido como puedo, cruzando el globo muchas veces para poder mantener mi promesa.
Seria estúpido pensar que puedo hacer esto cada día.
Ni debería intentarlo.
Se que, en el mejor de los casos, esto proporcionará alivio durante un día a gente que necesita mucho más.
Pero quizás esto es lo que necesita el resto del mundo para comenzar a pensar en una solución.
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Para mediodía he regresado a África, decidido a visitar cada Pueblo y asentamiento remoto.
Las noticias de mi visita se extienden rápidamente, y muchos llegan en multitud, por miedo a quedarse sin alimentos. Llegan a los pueblos en grandes grupos, algunos hacinados en vehículos, otros haciendo el viaje a pie.
Con tanta gente moviéndose a través de este terreno árido, tengo que estar muy atento. Pueden pasar muchas cosas.
Un olor acre llega hasta mi nariz, y entonces veo, en la lejanía, una columna de humo gris.
El fuego, avivado por los ardientes vientos, llegará al pueblo en pocos minutos.
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El viento aúlla en mis oídos mientras vuelo hacia el incendio.
Entonces oigo otros sonidos:
Pisadas atronadoras.
Gruñidos temerosos.
Miles de corazones palpitando de terror.
Aterrorizados por el fuego, ansiosos por escapar, los animales se precipitaran a través del pueblo, pisoteando todo lo que esté a su paso.
No permitiré que eso suceda. La zanja asusta a las bestias, y ahuyenta a muchas.
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Sin embargo, algunas de las más grandes necesitan ser persuadidas del todo.
Me muevo tan rápido como puedo, intentando evitar que los animales se hagan daño o puedan dañar a los lugareños.
Una columna de agua de un lago cercano apaga el fuego. Los Animales vuelven a las praderas, pero he perdido un tiempo precioso.
Todavía tengo miles de kilómetros que recorrer.
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Mi siguiente parada me hace entrar en contacto con otro tipo de bestias. Como reportero, conozco al dictador militar que, mediante la fuerza y la corrupción, se ha hecho con el control de este País.
Me ofrecen una gran bienvenida, dándome las gracias en nombre de su pueblo.
“¡En verdad”, dice, “somos muy afortunados de tener a Superman con nosotros en este dia!
Su cara es una máscara de buena voluntad.
El dictador dice que está dispuesto a ayudarme.
“No hay razón para que pierdas tu precioso tiempo en nuestro humilde país.
Mis tropas distribuirán la comida”.
Se que este hombre es un mentiroso y un ladrón.
Ha creado un régimen basado en el terrorismo, malgastando los recursos de su país y manteniendo a su pueblo pobre y asustado.
Si le doy la comida, se la quedará o la venderá.
De cualquier forma, se aprovechará, y su pueblo se morirá de hambre.
Tan respetuosamente como puedo, pido permiso para repartir la comida yo mismo.
La única respuesta del dictador es una sonrisa siniestra y un ademán hacia sus tropas.
Instantáneamente, levantan sus rifles y apuntan, pero no a mi, sino a las personas hambrientas que hay al otro lado del río.
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El dictador me dice que es un hombre tolerante, pero que mi actitud roza el desacato hacia su autoridad y las leyes de este país.
No permitirá que una presencia extranjera incite a su pueblo a la rebelión.
Con una estúpida sonrisa, me asegura que será culpa mía si se ve obligado a imponer la ley marcial.
Le dejo decir su parte.
Luego actúo.
El dictador da la orden mientras la gente comienza a correr.
Veinte rifles de asalto disparan.
Doscientas balas sisean por el aire.
Hoy no morirá nadie.
Mis ojos brillan encolerizados, y cada soldado deja caer su arma fundida.
El dictador sabe que podría repartir la comida y asegurarme de que su pueblo coma, pero también es consciente de que, tarde o temprano, tendré que irme.
Me asegura que tiene muchas más armas, y me pregunta qué opción me permitirá salvar más vidas.
Dejo la comida donde la he dejado caer.
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Y así transcurre el día.
Allá donde me detengo veo hambre y pobreza.
En algunos casos es producto de las circunstancias, pero en general se debe a la crueldad del hombre hacia el hombre.
La opresión provoca un hambre espiritual.
En muchos lugares, la gente me mira furtivamente a través de puertas desvencijadas, sin pensar que puedo ver sus caras desesperadas y sus cuerpos malnutridos.
No puedo vencer a todas esas generaciones de miedo, de igual forma que no puedo obligarles a aceptar lo que les traigo.
Dejo la comida en las calles vacías, junto a las ratas que hoy comerán muy bien.
En otros países me consideran un activista político, un usurpador, un fraude. No me quieren allí, no importa lo que les lleve ni a quienes pueda ayudar.
Sus piedras se rompen al golpearme o bien rebotan a un lado, sin causar daño.
Pero todas me duelen.
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Aterrizo en demasiados lugares donde el hambre ha arrebatado su identidad a un pueblo voraz.
Intento en vano mantener el orden, mientras un mar de manos sin cara se eleva para recibirme.
Apenas noto sus dedos ansiosos sobre mi piel.
Oigo la respiración áspera en sus pulmones, el frenético palpitar de cada corazón.
Nunca fue mi intención convertir a los seres humanos en una turba desesperada e incontrolable.
Intento abrirme paso con delicadeza, pero la multitud se abalanza encima de mí, engulléndome como una ola.
Si me quedo, se destrozarán los unos a los otros por conseguir comida.
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La mejor opción es irme rápidamente.
La gente hambrienta ni siquiera nota que me he ido.
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El día esta a punto de acabar.
Cuanto más veo, mas convencido estoy de que apenas he empezado.
El gobierno de un país que me necesita me niega el permiso para aterrizar.
Sigo adelante, a pesar de los líderes que afirman que el bienestar de su pueblo no es de mi incumbencia.
Además, me avisan de que mi intrusión en su espacio aéreo supone un acto de guerra.
Escucho un misil justo antes de verlo.
Debido a peso que transporto, me resulta imposible esquivarlo.
Siento una ola de calor, un estruendoso rugido, y la furia de una tormenta enojada que parece apuñalarme.
Entonces detecto otra cosa:
El áspero picor del veneno.
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Reacciono instintivamente, creando un remolino que disipa el gas antes de que se extienda.
Los soldados que lanzaron el misil sabían que la explosión no me mataría, ni tampoco el veneno.
Pero no era esa su intención.
Temerosos de la influencia de un extranjero y decididos a mantener la dependencia de su pueblo, los lideres de este país han hecho todo lo que podían por detenerme.
Han envenenado el grano.
Carbonizado, toxico, se desliza entre mis dedos.
Mi misión termina aquí, incompleta y fracasada.
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Horas después aun puedo ver el grano arruinado en mis manos.
Aunque estoy sentado solo en mi apartamento, me resulta imposible olvidar el resto del Mundo
Oigo las voces de aquellos a quienes he ayudado, alabándome por intentarlo.
Veo titulares que comentan los efectos, buenos y malos, de mi misión.
Pero por encima de todo, veo la desilusión de millones de personas que siguen mirando al cielo, aunque en su corazón saben que nunca apareceré.
¿De verdad creía que podría lograrlo?
Sabiendo lo que se de la naturaleza humana, ¿Por qué pensaba que todos aceptarían gustosamente lo que les ofrecía?
Aunque quizá no les daba el regalo adecuado.
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El frio aire de la noche llena mis pulmones y me despeja la cabeza.
Cada periódico, cada canal, exige alguna declaración de Superman.
Es hora de que diga algo.
Para sorpresa de todos (salvo yo), es Clark Kent quien consigue la entrevista.
“Como saben, siempre he intentado ayudar a quienes sienten necesidad, dolor o miedo.
En muchas ocasiones he pensado en tomar medidas mas contundentes para ayudar al Mundo, pero creo que dichas medidas podrían resultar imprudentes y desastrosas.”
“Trate de aliviar el hambre mundial, pero me encontré con una pobreza desgarradora, no solo en los barrios bajos y en los yermos del mundo, sino también en las egoístas almas de los hombres”
“Ahora me doy cuenta de que asumir esa responsabilidad es excesivo para un solo hombre aunque sea Superman.”
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El bienestar de la Tierra y todos sus habitantes siempre será mi principal preocupación.
Pero si existe una solución para el problema del hambre, debe ser una que salga del corazón piadoso del hombre, y que se extienda hacia sus semejantes.”
“Hay un viejo refrán que dice. Dale a un hombre un pez y comerá un día; enséñale a pescar y comerá toda la vida.
Ese sencillo mensaje pide a la humanidad que alimente con conocimiento a quienes necesitan comer y que inspire a otros a hacer lo mismo.
Es la necesidad más grande de la vida.
Y el don más preciado.
“Les pido a todos que compartan lo que tienen con quien lo necesita.
Su conocimiento.
Su tiempo.
Su generosidad.
“Especialmente con los jóvenes, pues de ellos depende nuestro futuro…”
“…Y toda esperanza de una paz verdadera en la Tierra.”
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Cuando vuelvo a sentir el fresco viento de la primavera sobre mi cabello, decido seguir mis propios consejos.
Con paciencia y amabilidad, comparto con los demás la forma de esparcir las semillas poco a poco,
Entre los surcos, de forma que todas tengan posibilidades de crecer.
Aunque les digo que no todas las semillas lo conseguirán…
Pero todas merecen al menos la oportunidad de poder crecer.
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SOBRE LOS AUTORES
Paul Dini comenzó haciendo guiones para televisión a principios de los 80, cuando todavía estudiaba en el Emerson College, de Boston. En 1985 desarrollo los conceptos de animación y los guiones de la serie basada en la trilogía de la guerra de las galaxias de George Lucas. Dini se unió al equipo creativo de Tiny Toons de Steven Spielberg en 1989. Mas tarde paso a escribir guiones y mas tarde coproducir la serie de animación de Batman y en 1996 la serie de animación de Superman. En sus nueve años de trabajo en la Warner Bros. Animation, Dini ha ganado cuatro premios Emmy. En el campo de comics, creo junto a Bruce Timm la novela grafica de Batman amor loco, que gano un premio Eisner. Recientemente Dini colaboro con el diseñador Chip Kidd para crear el libro Batman al serie de animación, donde se detalla la creación y el estilo visual único de esa revolucionaria serie Dini vive en los Ángeles y en la actualidad trabaja en diversos proyectos para televisión, cine y comics.
Alex Ross estudio ilustración en la Academia de Bellas Artes de Chicago, y luego perfecciono su talento como dibujante de storyboards antes de entrar en el terreno de los comics.
Su miniserie Marvels (Marvel Comics 1993) demostró a la perfección su capacidad para crear comics ilustrados. LUEGO CREO LA CONOCIDA Kingdom Come (DC Comics 1996) Tras recibir tanto el reconocimiento de la crítica como el del público por estas magnificas obras, Ross se gano cierto nombre como dibujante y narrador dedicándose a hacer experimentos atrevidos en el medio de los comics. Recientemente con la miniserie de Uncle Sam (Vértigo /DC Comics, 1997) consiguió llevar los comics a una audiencia más amplia.
Ross vive en Wilmette Illinois un suburbio de Chicago.
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“CONSIDERO QUE MIS PODERES SON UN DON, NO SOLO MIOS, SINO DE TODOS LOS QUE LOS NECESITEN.”
